ST.PETERSBURG, Fla. (WFLA) – Elijah, de diez años, siempre tuvo la música dentro de él, pero no descubriría su talento hasta que enfrentó su mayor miedo: luchar contra el cáncer.
En septiembre pasado, Elijah recibió un diagnóstico aterrador. Un doloroso bulto en su rodilla derecha dio positivo en osteosarcoma, un tipo agresivo de cáncer de huesos. El diagnóstico fue especialmente difícil para el niño de 10 años que recientemente había perdido a su bisabuelo a causa del cáncer.
“Supe al instante que no quería pasar por esto”, dijo Elijah. “En cierto modo me derrumbé”.
Pero las cosas empezaron a mejorar cuando Elijah fue admitido en la unidad de cáncer del Hospital Infantil Johns Hopkins en Saint Petersburg.
Mientras pasaba por sus primeras rondas de quimioterapia, la familia de Elijah recordó a su hijo de 10 años acostado en la cama, sintiéndose asustado y con náuseas por los tratamientos. En ese momento, un suave golpe en la puerta.
Entró la musicoterapeuta Rachel Beverly con una guitarra y una oferta: ¿Le gustaría a Elijah que ella le tocara música? Él aceptó.
“Ella lo puso en un mundo completamente diferente de comodidad”, dijo Sheena, la madre de Elijah. “Se quedó dormido como si no hubiera nada más en el mundo además de él y la música”.
Pero ese fue sólo el comienzo de la transformación de Elijah.
Durante el transcurso de los tratamientos de Elijah, Beverly siguió regresando. A medida que pasaban los meses, Elijah poco a poco se fue acercando al personal del hospital. A medida que se acercaba el final de sus tratamientos, estaba contento con su progreso, pero un poco triste por tener que partir.
Fue entonces cuando Beverly presentó otra oferta: ¿Qué pasaría si escribiera una canción para que la gente supiera cómo se siente?
“Al principio no pensé que pudiera hacerlo”, dijo Elijah al hospital. “Pero luego empezamos a hablar de ideas”.
Cuando la letra se unió y tomó forma una melodía, llegó el momento de su gran día.
“El día en que suenan las campanas en la unidad oncológica siempre es especial”, afirmó el Johns Hopkins All Children’s Hospital. “Un día en el que un paciente marca el final del tratamiento y el comienzo de un nuevo capítulo.”
El 24 de mayo, familiares, amigos y personal se reunieron para animar a Elijah mientras tocaba la campana ceremonial. Su propia “Canción de Agradecimiento” resonó por los pasillos de la unidad de cáncer.
“No hubo ni un solo ojo seco”, recordó Sheena. “Fue hermoso escuchar a través de esta canción que mi hijo entendía lo que había superado”.
“Su fuerza se manifestó en su canción”, añadió.
“Me encanta este lugar”, dijo Elijah.