SAFETY HARBOR, Fla. (WFLA/Tampa Hoy) – La familia de un adolescente hondureño migrante está pidiendo respuestas a las autoridades ante la falta de información sobre las causas del fallecimiento del menor. La familia dice que el joven de 17 años se encontraba en buena condición física por lo que no entienden qué pudo haberle ocurrido. Ahora, la madre y la abuela están haciendo una petición especial.
“Él iba sano, él iba bien. Él tenía su contextura bien fuerte porque él pasaba haciendo deporte. Él era un güero muy sano”, afirmó Norma Espinoza, madre de Ángel Eduardo Espinoza Maradiaga.

Con lágrimas en los ojos, Norma recordó el viaje que semanas atrás emprendió su hijo de 17 años, quien murió a 5 días de haber sido trasladado por las autoridades migratorias al refugio Gulf Coast Jewish Family and Community Services, en Safety Harbor.
“Dice él que era para buscar el sueño americano porque él era un niño lleno de vida y de sueños”, continuó recordando su madre.
Aunque aún no se conoce el resultado de la autopsia, la madre del menor reveló que su hijo había experimentado breves convulsiones desde los 8 años. La doctora de la Bahía de Tampa, Karla Miranda, se refirió a la condición de Ángel.
“Si no tenemos un récord médico no podemos saber qué exactamente tiene la persona que está entrando por esa frontera”, dijo la doctora Miranda.
Según el reporte de las autoridades hondureñas, el adolescente fue encontrado inconsciente en el refugio y tras ser trasladado al hospital Mease Countryside, fue declarado sin vida.
“Se complica bastante porque la gran mayoría del historial médico cuando uno ve a un niño viene del papá y si el niño está solo y no sabe de su propia condición médica no vamos a poder ayudarlo”, continuó explicando la doctora Miranda.

Como miles de personas en la frontera sur, Ángel cruzó a los Estados Unidos a solo días del fin del Título 42. El abogado de migración Raphael Fernández se refirió a la realidad que se vive en el paso fronterizo.
“Es una situación muy difícil a consecuencia del volumen que existe y de la falta de información activa”, dijo Fernández.
Una situación común en la frontera.
“Cuando uno entra, en pocas ocasiones uno tiene el tiempo para detallar, o el motivo para detallar cualquier impedimento que uno piense que sea adverso a su chance de quedarse en este país”, continuó Fernández.

Ahora, la abuela de Ángel Eduardo, Diana Sabillón, pide ayuda para repatriar su cuerpo y enterrarlo en su tierra natal.
“Una pronta repatriación es la que necesitamos nosotros como familia”, suplicó Sabillón.
El gobierno de Honduras reiteró su disposición para apoyar a los familiares de Ángel, al mismo tiempo que pide al gobierno de Estados Unidos establecer una agenda migratoria bilateral para abordar la atención de los menores no acompañados en suelo americano.