(The Hill) — La tendencia de trabajar desde casa podría ser un gran beneficio para el medio ambiente, según un nuevo estudio publicado esta semana. El trabajo remoto podría reducir la huella de carbono de una persona hasta en un 58 por ciento, dijeron los investigadores.

“El crecimiento del trabajo remoto e híbrido catalizado por la pandemia de COVID-19 podría tener importantes implicaciones ambientales”, escribieron los investigadores para la revista Proceedings of the National Academy of Sciences of the US (PNAS).

Los investigadores estudiaron cinco aspectos de la vida laboral: TI, uso de energía en el hogar y en la oficina y viajes para actividades de desplazamiento y no desplazamientos. La mayor parte del ahorro de carbono proviene del transporte, y los otros cuatro aspectos tienen un impacto insignificante en el medio ambiente.

Según el estudio, el trabajo híbrido también es suficiente para tener un efecto mensurable: trabajar desde casa unos días a la semana ahorra hasta un 29% en el impacto de carbono.

Sin embargo, aquellos que solo pasan un día a la semana en casa no ven un gran cambio en la huella de carbono porque tienden a viajar más en general en viajes sin desplazamientos, encontró el estudio.

Trabajar desde casa se ha convertido en algo común desde el comienzo de la pandemia, lo que ha obligado a algunos empleadores y municipios a alentar a los trabajadores a regresar a la oficina, ya que los jefes se preocupan por la productividad (preocupaciones que los estudios muestran que son infundadas ) y los espacios de oficina vacíos perjudican las economías del centro.

Pero los empleados están retrocediendo: una encuesta de agosto encontró que casi el 90% de los estadounidenses preferiría un horario flexible.

Los investigadores dijeron en el estudio de PNAS que el trabajo remoto podría ser un beneficio neto para el medio ambiente, pero que los tiempos de viaje más largos y otras tendencias pospandémicas podrían amortiguar esas consecuencias positivas.

“Nuestra investigación muestra el potencial del trabajo remoto para reducir la huella de carbono y las acciones para lograrlo”, se lee en el estudio. “La implementación de las acciones en la práctica requiere compensaciones adecuadas”.

“Si bien el trabajo remoto muestra potencial para reducir la huella de carbono, una cuidadosa consideración de los patrones de desplazamiento, el consumo de energía de los edificios, la propiedad de vehículos y los viajes no relacionados con los desplazamientos es esencial para aprovechar plenamente sus beneficios ambientales”, continúa.