São Paulo, Brasil (AP)- Al acercarse su cumpleaños 21, Sara tomo por primera vez un avión rumbo a Argentina y no le dijo a su familia la verdadera razón por la que había pedido un préstamo de 5.000 reales brasileños (1.000 dólares).
Se dirigía a la capital argentina, Buenos Aires, buscando algo que le está prohibido en Brasil: un aborto.
Sara (no dio su apellido), brasileña de 20 años viajando a Argentina para realizarse un aborto:
“Cuando encontré este método seguro y legal fue un alivio y me sentí segura”, dijo la mujer, que vive en una ciudad del interior de Brasil y pidió que solo se usara su primer nombre debido al estigma asociado con el aborto en su país.
Sara (no dio su apellido), brasileña de 20 años viajando a Argentina para un aborto:
“Tener un hijo que no quiero, sin condiciones para tenerlo, y estar obligada a tenerlo, creo que sería una tortura para mí”.
Sara es una de las mujeres brasileñas con pocos recursos que, para esquivar los riesgos y obstáculos legales en Brasil, han buscado abortos en otros lugares de la región.
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