SAN DIEGO ( Informe fronterizo ) — Los fiscales federales decidieron no buscar la pena de muerte contra Matthew Taylor Coleman, quien está acusado de matar a sus dos hijos pequeños con una pistola de pesca submarina porque creía que su sangre estaba contaminada con ADN de lagarto.
Coleman era instructor de surf en Santa Bárbara.
Los fiscales federales dicen que asesinó a sus hijos, un niño de 2 años y una niña de 10 meses, mientras estaba en Rosarito, Baja California, en agosto de 2021.
Dicen que les disparó a los niños con una escopeta de pesca submarina.
Coleman fue arrestado en el puerto de entrada de San Ysidro mientras intentaba regresar a los Estados Unidos.
Su esposa había notificado a la policía que le preocupaba que los niños pudieran estar en peligro después de que Coleman se los llevó a México.

Los niños pequeños fueron encontrados muertos debajo de unos arbustos por un trabajador en un rancho aislado cerca de Rosarito, ubicado a unas 30 millas al sur de la frontera.
Los fiscales dicen que Coleman creía en las teorías de conspiración de QAnon y confesó haber matado a los niños porque sospechaba que su esposa portaba ADN de serpiente y se lo había pasado a sus hijos, quienes crecerían para convertirse en “gente lagarto monstruo”.
Coleman está acusado de asesinato de ciudadanos estadounidenses en el extranjero, según la oficina del fiscal federal.
Pero el 30 de enero, los fiscales presentaron una moción declarando que no buscarían la pena de muerte.
Coleman había estado pasando por una evaluación mental de seis meses para medir su competencia para comprender los cargos en su contra.

No se darán a conocer las razones específicas de por qué los fiscales no buscarán la pena de muerte contra Coleman.
En una declaración a Border Report, la Oficina del Fiscal Federal en San Diego, dijo: “El proceso de toma de decisiones preliminar a la decisión final del departamento es confidencial. La información sobre el proceso deliberativo solo puede divulgarse dentro del departamento y sus agencias de investigación según sea necesario para ayudar en el proceso de revisión y toma de decisiones”.
Los investigadores de Baja California informaron que cada niño también había sido apuñalado más de una docena de veces con una estaca de madera.
Coleman era dueño de Lovewater Surf Company en Santa Bárbara.